Covid-19-Impacto-carolina

Carolina del Norte, Raleigh- Según datos del Departamento de Salud de Carolina del Norte, desde el inicio de la pandemia hasta el 7 de diciembre de 2021 se registraron 1,553,112 casos de Covid-19 en el estado. 18,870 personas han muerto a causa del virus.

Sin embargo, detrás de la información cuantitativa sobre hospitalizaciones o muertes hay miles de familias que vieron alterada su vida cotidiana, sus finanzas e incluso su salud mental, muy especialmente entre los sectores más desfavorecidos de la población.

Así lo demuestra una investigación encargada por la Asociación de Acción Comunitaria de Carolina del Norte, que reveló el impacto de la pandemia en hogares de bajos ingresos haciendo hincapié en los testimonios de las personas afectadas.

“Las voces de las personas detrás de las cifras son tan importantes como la información cuantitativa, pero se escuchan con menos frecuencia. Sobre todo, las voces de las personas de bajos ingresos que han visto multiplicados sus obstáculos debido a la pandemia y a las respuestas para controlarla”, indicaron los autores de la investigación.

En efecto, el reporte incluye testimonios directos de personas de bajos recursos, así como también entrevistas con líderes comunitarios que han brindado asistencia en la primera línea. Y las conclusiones son contundentes: el Covid-19 golpeó de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables de Carolina del Norte.

Dificultades laborales e infraestructura inadecuada para el aprendizaje remoto

Tal como evidencian los testimonios brindados durante la investigación, más allá del desproporcionado impacto en términos de exposición y muertes por Covid-19, la pandemia creó enormes dificultades laborales en los hogares de bajos ingresos.

“La pandemia obligó a los hogares de bajos ingresos a tomar decisiones difíciles con respecto al trabajo frente a la seguridad personal, la salud y el bienestar de sus familias”, establece una de las conclusiones del informe.

En ese sentido, una de las personas entrevistadas relató que tuvo que renunciar a su empleo para ocuparse de las tareas de cuidado de sus hijos cuando cerraron las escuelas.

“Como no tenía familiares cercanos que pudieran quedarse con mis hijos, ni ningún tipo de ayuda para el cuidado infantil, tuve que renunciar a mi trabajo”, contó el entrevistado.

Justamente la disparidad en el acceso a la infraestructura para la enseñanza remota es otro de los puntos de impacto abordados por el informe sobre la pandemia del Covid-19.

“El cambio al aprendizaje a distancia arrojó nueva luz sobre las deficiencias en la infraestructura relacionadas con la disponibilidad, el acceso, la calidad y el costo de los servicios de internet para las familias de bajos ingresos”, explicaron los autores.

Algunos de los testimonios mencionaron el alto costo del internet, sumado a un servicio inestable.

“Como tenemos internet por satélite, muchas veces mis hijos no se podían conectar a la escuela”, contó otro de los entrevistados.

Deterioro de la salud mental en las familias de bajos ingresos durante la pandemia

Otro de los denominadores comunes entre los testimonios fue el impacto sobre el estrés y la ansiedad personal y familiar generados por la pandemia del Covid-19.

Como sostuvieron los autores del reporte sobre el impacto de la pandemia “planteó importantes desafíos socioemocionales y de salud mental para las personas y familias de bajos ingresos”.

En esa línea, una de las personas que formó parte de la investigación manifestó que el aislamiento profundizó sus padecimientos previos de depresión y ansiedad.

“Aislarme en casa por muchos meses me golpeó fuerte. Llegado a un punto empecé a necesitar salir para hablar con amigos o con quien fuera, ver gente cara a cara. Porque tener tres hijos en casa toda la semana sin poder socializar con nadie más me afectó muchísimo”.

Ayuda del gobierno: necesaria pero no suficiente

Para las familias de bajos ingresos, la asistencia gubernamental fue fundamental para poder llevar un plato de comida a la mesa. También para pagar las facturas en medio de la crisis económica y sin posibilidad de salir a trabajar por las cuarentenas.

Como explica el informe, las redes de seguridad fueron un salvavidas importante, pero no lograron abordar la variedad de asistencia que los hogares de bajos ingresos necesitaban.

“Recibir los cheques de estímulo y de desempleo fue muy bueno. Eso es lo que pude llevar a mi casa como paga regular todas las semanas. Pero cuando comenzaron a reducirlos todo se convirtió en una lucha para sobrevivir”, dijo otra de las personas entrevistadas.

Por eso, más allá del apoyo del gobierno y la asistencia del sector privado, las familias de bajos ingresos han desarrollado una amplia gama de estrategias para sobrevivir a la pandemia.

Así, algunos de los entrevistados contaron que tuvieron que vender su auto, armar pequeños emprendimientos de comida casera o compartir la vivienda con otros familiares o amigos.

Cumplimiento de las medidas de seguridad, pero desconfianza en las vacunas

Otro de los puntos abordados en la investigación encargada por la Asociación de Acción Comunitaria de Carolina del Norte fue el nivel de cumplimiento de las medidas de prevención; tales como el uso de mascarillas o el mantenimiento de la distancia social.

Tal como afirman los autores del reporte, el cumplimiento de las medidas preventivas fue generalizado. Aunque muchas personas de bajos ingresos mostraron dudas sobre la vacunación.

“Creo que hay dando vueltas mucha información errónea. Las personas que conozco que quieren ser vacunadas, por lo general obtienen información de fuentes confiables. Y los que se muestran escépticos son los que pasan más tiempo en Facebook y utilizan las redes sociales para informarse”. Es lo que dijo uno de los líderes comunitarios.

“Es como si las personas no supieran a quién escuchar ni qué información es verdadera”, agregó otro activista.

El rol de las organizaciones sin fines de lucro en la pandemia del Covid-19

De las respuestas de las personas entrevistadas se desprende también la importancia vital de las organizaciones sin fines de lucro. No sólo a través de sus aportes financieros, sino además para tejer redes y brindar apoyo emocional; así como también para satisfacer necesidades básicas como alimentos y equipos de protección personal.

En efecto, los líderes comunitarios experimentaron en carne propia el incremento de solicitudes de asistencia.

“Siempre hemos pasado tiempos difíciles, pero creo que con el golpe del COVID-19 los problemas se duplicaron. Las necesidades de comida se duplicaron, las necesidades de calefacción se duplicaron, las necesidades de combustible se duplicaron e incluso triplicaron”, señaló un líder comunitario.

En ese marco, el COVID-19 forzó tanto a los gobiernos locales como a las organizaciones sin fines de lucro a colaborar para proveer apoyo, bienes y servicios a los más necesitados. 

Resiliencia y recuperación

A pesar de las exposiciones personales al virus y las pérdidas familiares, los participantes del estudio también demostraron una gran capacidad de recuperación. Y los esfuerzos de la comunidad para apoyar a los más necesitados fueron valorados como un camino para salir adelante.

“Lo mejor que puedo concluir de esta situación es haberle podido dar a la gente esperanza en medio de tanta desesperación. Estar allí con una palabra de ánimo y alegría. Tomar el teléfono y poder decirles a nuestros fieles: ‘estamos pensando en ti, estamos orando por ti’. Hemos donado cajas de comida y hemos compartido la información sobre cómo ir a los bancos de alimentos. Eso fue un haz de luz y esperanza. La tragedia ha sido un triunfo si podemos satisfacer las demandas de las personas que más lo necesitan”. Fue lo que dijo un miembro de una iglesia comunitaria local.

Puede revisar el informe completo Assesing the Impact of Covid-19 in Low Income Households and Communities in North Carolina haciendo click aquí.

Nicolás Baintrub es periodista argentino y hace parte del equipo de Enlace Latino NC. Cree en el periodismo como vehículo para contar buenas historias con compromiso social, rigor en la investigación...

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