Por Nicolás Viera
Carolina del Norte, Winston-Salem – Felipe Jiménez, mexicano y quien vive hace 20 años en Winston-Salem, coincidió con Howard Barnes, estadounidense y un poco mayor en su edad, cuando empezó a oler humo como un buitre la carroña.
Entonces, los dos dijeron, en las casas en las que habitan, “se quema algo”.
Fue en ese instante que sus teléfonos celulares timbraron y recibieron una señal de alarma. Eran las 8:30 de la noche del pasado lunes 31 de enero.
Sin embargo, desde antes, William ‘Trey’ Mayo, jefe de Bomberos, dijo que las llamadas que reportaban un incendio se registraron a las 7 de la noche y desde entonces, la noticia se regaba como pólvora.
Los 249.545 habitantes de la ‘Ciudad de las Artes y la Innovación’ andan con “el Jesús en la boca”, especialmente los 6.500 residentes ubicados alrededor del 4440 North Cherry Street y que recibieron la orden de evacuar.
- ¿Por qué se mantiene pedido de evacuación tras incendio de planta de fertilizantes en Winston-Salem?
Se abre el infierno
Desde el instante que se conoció que el punto de la conflagración era la planta fertilizadora Winston Weaver Co. que llevaba funcionando 80 años, los más creyentes y los que no, se persignaron y dijeron: “¡Jesús, ampáranos!”.
Los que viven alrededor de esa compañía, escucharon una explosión que les sacudió sus viviendas, pero sin saber aún la gravedad del hecho, se asomaron por las ventanas y vieron que el cielo se tornaba color naranja.
Entonces, pensaron que las puertas del infierno se habían abierto.
Dos familias hispanas, de acuerdo con personal vinculado a la Cruz Roja, “tuvieron un ataque de pánico al desconocer lo que estaba ocurriendo”.
Y era lógico. En la zona declarada de máxima alerta, las autoridades han expresado que el peligro son las 500 toneladas de nitrato de amonio en el edificio y 100 toneladas adicionales en un vagón de ferrocarril adyacente, lo que eleva a 600 toneladas del producto en el lugar del incendio.
Sin embargo, a medida que avanzaron las horas y el trabajo de los bomberos se intensificaba, se conoció otro detalle que nadie esperaba.
En el interior de la edificación había 5.000 toneladas de nitrato de amonio que estaban listas para ser comercializadas.
De igual manera, los bomberos indicaron que el humo del incendio llegó hasta las áreas de Lewisville y Clemmons.
Los habitantes de esa zona recibieron mensajes en los teléfonos y por diferentes redes sociales en los que se decía, claramente, que “por favor quédese en el interior de sus casas si tiene problemas para respirar”.
Sigue la preocupación
Si bien la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés) dijo que el lugar del incendio era lo suficientemente seguro como para reducir a 1/8 de milla la zona de evacuación en donde funcionan propiedades comerciales.
Los evacuados, desde que abandonaron sus casas, han preferido aguardar algunas horas más para regresar a sus viviendas luego de escuchar a ‘Trey’ Mayo cuando dijo:
“Las personas que viven a menos de una milla de la conflagración de la planta de fertilizantes, probablemente, van a tener que permanecer más tiempo en otros lugares. Las condiciones continúan siendo inseguras cerca del incendio de ‘Weaver Fertilizer’ incluso cuando la lluvia ayuda a sofocar las llamas”.
Y esos lugares han sido en hoteles, en casas de familiares o de amigos.
Los que se encuentran en hoteles han expresado que “no sabemos si nuestra estancia va a salir de nuestro bolsillo o ¿nos van a reembolsar los gastos que vamos teniendo?”.
Las autoridades catalogan esta conflagración, que mantiene alerta a la población de Winston-Salem y sus alrededores, “un incendio activo con potencial para explotar” después de que han transcurrido más de 80 horas continuas de fuego y humo desde que un transeúnte avisó de las llamas que salían de la compañía de fertilizantes.
Luego se registró una avalancha de llamadas que perturbaron la tranquilidad de las oficinas de la policía y de los diferentes departamentos de bomberos de Winston-Salem, Lewisville, Clemmons y Greensboro que, con el personal disponible, siguen ayudando para evitar una tragedia mayor, aunque las cuadrillas fueron retiradas del sitio mientras los drones, en un trabajo de monitoreo, han volado sobre el área cada hora con lo que han mostrado columnas de humareda elevándose hasta el cielo.
Mirando atrás
Desde el momento que se inició el incendio en Winston Weaver Co., en donde hay nitrato de amonio, las personas de más edad y enseñadas a ver noticieros, a leer diarios y semanarios, recordaron que el 18 de abril de 2013, en West, Texas, una planta de fertilizantes semejante a la de Winston-Salem, destrozó entre 50 y 75 edificios al igual que un bloque de apartamentos cercanos.
En el momento de revivir aquello, Barnes, uno de los evacuados más veteranos, contó que “un familiar que vivía en West le dijo que aquella explosión se sintió en viviendas situadas a 50 millas a la redonda y que el Observatorio Geológico de Estados Unidos (USGS, sigla por su nombre en inglés) dio a conocer, en aquel entonces, que el estallido provocó un terremoto de 2.1 de magnitud en la escala de Richter”.
Lo anterior ha llevado a los habitantes de la ‘Ciudad del Arte y la Innovación’ a tener “el Jesús en la boca”.
Bienvenida la lluvia
El humo que sale de las instalaciones de la planta de fertilizantes tiene descontrolada a la gente tanto en Winston-Salem, Lewisville y Clemmons.
Nadie sabe a ciencia cierta si es una neblina como consecuencia de la baja temperatura que se registra por estos días o de la lluvia que sigue cayendo como si fuese la ayuda celestial para que se apague el fuego.
“Nuestro equipo de bomberos ya pudo acercarse al lugar del incendio. La mayor parte del nitrato de amonio se enfrió en el lugar y por ello ya se puede trabajar para enfriar el resto del producto en la instalación carbonizada”, dijo ‘Trey’ Mayo, jefe de Bomberos.
De igual manera se conoció que se ubicaron dos monitores terrestres sin personal. Cada uno fluye alrededor de 500 galones por minuto en donde está ubicado el material ‘inflamable’.
Las autoridades consideran que el éxito en el trabajo de apagar la conflagración se acerca.
Sin embargo…
Una de las cosas que más se recalca a los habitantes de Winston-Salem al igual que a cualquier persona que se encuentre a menos de una milla de la planta es que aún verá humo y neblina en el área mientras los bomberos continúan trabajando.
Por lo tanto, los profesionales de la salud solicitan a las personas que, con afecciones respiratorias, tengan precaución y eviten actividades o ejercicios extenuantes al aire libre. ¿Hasta cuándo? Todavía no se sabe.