Eliseo Jiménez dejará el Santuario
Para Eliseo Para Jiménez, trabajador migrante mexicano, sin antecedentes penales y padre de cuatro hijos, comienza a cerrarse una etapa de injusticias que lo llevó a estar encerrado desde octubre de 2017, en una iglesia en Raleigh./ELNC


Carolina del Norte, Raleigh– Eliseo Jiménez, un inmigrante perseguido por la administración de Donald Trump, podrá dejar el santuario en donde ha permanecido refugiado por más de tres años, por miedo a ser deportado.

Para Jiménez, trabajador migrante mexicano, sin antecedentes penales y padre de cuatro hijos, comienza a cerrarse una etapa de injusticias que lo llevó a estar encerrado desde octubre de 2017, en una iglesia en Raleigh.

Ese año, en consecuencia con la incipiente política antiinmigrante, se le ordenó salir del país en el que ya llevaba más de una década. Por ese motivo, para evitar evitar separarse de su familia, debió mantenerse encerrado en el santuario.

Recién ahora podrá salir con tranquilidad después de que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) le asegurara que no será perseguido hasta que la Junta de Apelaciones revise su caso.

“Lo primero que voy a hacer es salir a pasear con mis hijos”, dijo emocionado durante una conversación telefónica con Enlace Latino NC días después de conocer las buenas noticias.

De todas maneras, a pesar de la alegría, Eliseo Jiménez mantiene la calma. Sabe que la transición a la libertad, después de tantos años, no será fácil.

“Después de tanto tiempo de encierro uno no está preparado para salir de un día para el otro”, explicó. Aunque ya sabe lo que hará apenas salga de la Umstead Park United Church of Christ, la iglesia de Raleigh que lo acogió durante todo este tiempo: primero, disfrutar del aire libre con sus hijos y después intentar conseguir un permiso de trabajo para seguir adelante con su vida.

Una historia de persecución e injusticia

“Cuando llegué a Estados Unidos nunca me imaginé que podía pasarme algo así”, reflexiona Jiménez del otro lado del teléfono. Después de una breve pausa, agrega, con una emoción contenida: “Yo había venido con la idea de tener un trabajo y una vida mejor junto a mi familia”.

Eliseo Jiménez nació en 1979 en San Luís Potosí, una ciudad industrial ubicada en el centro de México. A los 17 años emigró a los Estados Unidos huyendo de un padre abusivo y en busca de oportunidades laborales.

Sin embargo, tras once años de trabajo duro y un impecable prontuario penal, en el 2007 fue arrestado por ICE en el condado de Alamance. En una maniobra que sus abogados consideran ilegítima, los oficiales lo obligaron a firmar su salida voluntaria y debió dejar el país. 

Luego de ser deportado, Jiménez logró regresar a los Estados Unidos junto a su mujer y sus hijos para continuar trabajando. En 2013 consiguió una suspensión de deportación y pudo obtener un número de seguro social y un permiso de trabajo.

Por ese motivo pudo continuar viviendo y trabajando en los Estados Unidos hasta que en el 2017, bajo la política antiinmigrante de Donald Trump, el ICE volvió a perseguirlo y se le ordenó salir del país nuevamente.

Fue entonces cuando Jiménez debió refugiarse en una iglesia santuario para evitar ser deportado.

Más de tres años de encierro

“Fue muy duro vivir aquí encerrado tantos días sin poder salir a pasear con mis hijos”, relató Jiménez. En efecto, la última vez que pisó las calles de Carolina del Norte fue el 10 de octubre de 2017, hace ya más de tres años. 

Durante ese tiempo, la iglesia le acondicionó un salón que funcionó como su habitación. Mientras tanto, su esposa Gabriela continuó viviendo en Greensboro, a 70 millas de Raleigh, donde mantuvo su puesto de trabajo.

Tras decretarse el cierre de las escuelas en Carolina del Norte debido a la pandemia de Covid-19, los dos hijos de la pareja se mudaron a la iglesia para que su padre pudiera ayudarlos con las tareas escolares mientras su madre trabajaba. La familia entera sólo podía reunirse los fines de semana.

La noticia más esperada

Los años de persecución y encierro parecen estar a punto de quedar atrás. Luego del cambio de administración federal, Joe Biden decidió modificar las prioridades de deportación.

Bajo el nuevo mandato, a menos que un ciudadano sea una amenaza para la seguridad nacional, ICE necesita permiso para actuar. 

En ese contexto menos hostil para las personas indocumentadas, el 23 de marzo Jiménez recibió la noticia más esperada; Su abogada le informó que no podrá ser deportado mientras la Junta de Apelaciones revisa su caso.

“Estoy muy contento”, dijo Eliseo Jiménez del otro lado del teléfono. Sin embargo, antes de cortar la conversación, quiso expresar su agradecimiento a quienes le brindaron su apoyo durante el encierro.

“Quiero aprovechar para agradecerle a todas las personas de buen corazón que me han ayudado durante estos años, y también a aquellas que se encargaron de revertir esta decisión injusta”, dijo minutos antes de pisar las calles por primera vez en más de tres años.

Santuario en Carolina del Norte

Bajo la administración de Trump, Carolina del Norte se convirtió en uno de los estados con más inmigrantes refugiados en santuario.

Estuvieron Oscar Canales, Samuel Oliver Bruno, Minerva Cisneros, Rosa Ortez y el pastor José Chicas, quien en febrero recuperó su libertad, tras permanecer cerca de 4 años en santuario en Durham.

La única inmigrante que aún permanece en santuario en Greensboro es la inmigrante Juana Luz Tobar Ortega.

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Nicolás Baintrub es periodista argentino y hace parte del equipo de Enlace Latino NC. Cree en el periodismo como vehículo para contar buenas historias con compromiso social, rigor en la investigación...

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