reforma migratoria
La segunda, la Ley de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola, beneficiaría  a más de 100,000 trabajadores agrícolas indocumentados que desarrollan sus labores en Carolina del Norte, que podrían obtener un estatus migratorio legal y un camino a la ciudadanía./ELNC

Carolina del Norte, Raleigh- “Soy un empleador agrícola y puedo decirles que menos del 1% de los trabajadores estadounidenses han respondido a la solicitud de empleo", expresó Chalmers Carr, propietario de Titan Farms, en Ridge Spring, Carolina del Sur. "He anunciado más de mil puestos de trabajo al año durante la última década”, señaló.

Las afirmaciones de Carr, se dieron en el marco de una cumbre virtual de inmigración con líderes empresariales y presidentes universitarios, organizado el 25 de marzo, por American Business Immigration Coalition, capítulo Carolinas, (ABIC, por sus siglas en inglés).

Soluciones de inmigración bipartidista

Además de Carr, diferentes expositores compartieron sus puntos de vista sobre una reforma migratoria bipartidista y de sentido común para desencadenar el crecimiento económico de nuestra región, crear empleos, satisfacer las necesidades laborales y fortalecer a las familias.

El evento realizado el 25 de marzo, también contó, entre otros, con el gobernador Roy Cooper; el fiscal general Josh Stein; el senador federal de Carolina del Sur Tim Scott, John Herrera, cofundador de Latino Community Credit Union;  y José Hernández Paris, Director Ejecutivo de la Coalición Latinoamericana.

'Soñadores' y trabajadores agrícolas

La conversación del foro giró de la importancia de avanzar sobre las dos propuestas de inmigración ya aprobadas por la Cámara de Representantes federal y continuar apoyando una reforma migratoria amplia.

La primero de ellas conocida como American Dream and Promise Act of 2021, beneficiaría a cerca de 40,000 inmigrantes entre soñadores y tepesianos en Carolina del Norte.

La segunda, la Ley de Modernización de la Fuerza Laboral Agrícola, beneficiaría  a más de 100,000 trabajadores agrícolas indocumentados que desarrollan sus labores en Carolina del Norte, que con una reforma migratoria podrían obtener un estatus migratorio legal y un camino a la ciudadanía.

Archivo/Enlace Latino NC

“Entenderlos y no penalizarlos”

Carr propietario y operador de una granja diversa de durazno y verduras, indicó que Titan Farms es el empleador del programa de visas H-2A más grande de Carolina del Sur.

“Al analizar la inmigración, debemos entender que tiene muchos componentes. Uno de ellos es que tenemos que asegurar nuestras fronteras. Tenemos que saber quién viene a este país”.

Pero también, Carr se mostró a favor de una solución de una reforma migratoria.

“Tenemos una población, que algunos estiman en 11 millones que han estado en este país, muchos de ellos, durante dos o tres décadas viviendo aquí pacíficamente, trabajando y brindando servicios a nuestra economía”.

Para el productor agrícola, se debe abordar el tema y realizar el ajuste de estatus a través de los canales adecuados donde puedan ganar su camino hacia una tarjeta verde y luego tal vez a la residencia permanente e incluso con el tiempo a la ciudadanía.

“Tenemos que entenderlos y no penalizarlos porque han estado aquí y han estado trabajando y han estado aportando, lo que realmente ha ayudado a que nuestra economía crezca”.

Asegurar la mano de obra

Además de asegurar la frontera y para que la industria agrícola y que las empresas respalden una reforma migratoria, Carr mencionó que se debe ser capaz de mantener a los empleados porque están capacitados.

“Vamos a necesitar un programa de inversión en el futuro que permita a las empresas tener mano de obra”.

Carr señaló que parte de la población estadounidense no quiere hacer este tipo de trabajos poco calificados en la granja, como cosechar cultivos.

“Nuestras generaciones más jóvenes tienen más oportunidades en educación y también en negocios”.

Tener como pagarles

El propietario de Titan Farms, explicó que ha estado en el programa H-2A durante 23 años y ha pasado de traer 175 a 800 trabajadores al año.

“El acceso a mano de obra legal es el problema número uno en la agricultura. No tengo trabajadores domésticos que quieran hacer estos laborales”.

Asimismo, Carr indicó que a la medida que el negocio crece, se debe tener acceso a la mano de obra y tener con que poder pagarla.

“Sabemos que, en 1986, cuando se aprobó la ley de reforma migratoria, eso era para la agricultura y esos trabajadores se ajustaron. ¿Pero adivinen qué hicieron? En menos de cuatro a cinco años, todos dejaron la granja por trabajos mejor pagados en otras industrias”.

“Volverá a suceder”

Reflexionando y analizando, el empresario agrícola afirma que la experiencia de 1986 volverá a suceder.

“Cuando los trabajadores puedan salir de las sombras, irán tras la prosperidad económica y no los culpo. Quiero decir, ese es el sueño americano. Trabajas duro y te recompensan por ello”.

El problema, para Carr, no solo es que las personas pasen a otros trabajos o industrias, sino que la agricultura se quedará con un programa H-2A que considera quebrado, muy muy costoso y demasiado complicado de usar.

“Todos los que están en el programa, el 95% de los empleadores que lo usan tienen que usar un abogado o un agente para que los ayude a seguir y navegar por el programa”.

Cambiar el programa H-2A

Carr, se manifestó como un defensor de cambiar el programa de una manera que expanda toda la agricultura y no limitarlo al empleo estacional.

“Toda la agricultura necesita acceso a los trabajadores. Piensa en nuestra industria láctea o en nuestra industria de los hongos, son trabajos durante todo el año a los que no pueden atraer gente”.

“¿Quién quiere ordeñar una vaca a las tres de la mañana? Debemos tener personas que estén dispuestas a hacer estos trabajos”, señaló.

Salarios asequibles

Continuando con su crítica al programa H-2A, el agricultor apuntó contra la tasa salarial obligatoria del gobierno federal de $14,62.

“Ha subido un 4,4% en los últimos 10 años, pero solo en los últimos tres años, ha aumentado un 5,3% anual. Eso no es acumulativo. Eso es 5.3% anual. Nos está sacando del negocio”.

Haciendo una comparación salarial, el propietario de la granja indicó que en México se les paga a los trabajadores 70 centavos la hora, siendo el salario mínimo de $7 al día, en una jornada laboral de 10 horas.

“Sin embargo, estamos pagando 20 veces más que eso aquí Estados Unidos. Por cierto, también es 10 veces más bajo que nuestro salario mínimo federal”.

Carr, llama a hacer una tarifa salarial donde puedan competir, caso contrario, a su opinión, se continuará subcontratando producción de alimentos a países extranjeros.

“Si COVID nos ha enseñado algo, debemos estar seguros de que tenemos un suministro nacional sólido de frutas y verduras y en toda la agricultura”.

Además, el propietario y operador anima a todos los funcionarios de inmigración y a empresas a unirse y apoyar una vía para legalizar la fuerza laboral.

“Pero también debemos asegurarnos de que nuestros agricultores y ganaderos tengan un programa que les permitirá competir en una economía global y nos permitirá prosperar y crecer porque podemos hacerlo”.

Emprendedor y cofundador de Enlace Latino NC. Periodista argentino con más de 20 premios nacionales de periodismo por la Asociación Nacional de Publicaciones Hispanas de los Estados Unidos (NAHP).

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