Si alguna vez buscaste en Google “¿cómo puedo ahorrar para jubilarme en Estados Unidos?”, no estás sola. Esta es una pregunta que muchas personas se hacen, especialmente quienes trabajan en empleos donde no hay beneficios laborales, como en la construcción, el servicio doméstico, restaurantes o cuidado de personas.
Para muchos inmigrantes, el ahorro para la vejez es un tema confuso o lejano. Además, entender el sistema de jubilación en Estados Unidos puede resultar complicado, sobre todo si es muy distinto al del país de origen, donde suele haber un sistema público más centralizado o automático.
Pero conocer las distintas estrategias para retirarse en este país es más importante de lo que parece.
La base del sistema de retiro en Estados Unidos es el Seguro Social. Si trabajaste legalmente al menos diez años y pagaste impuestos con tu número de Seguro Social (SSN), puedes recibir un ingreso mensual una vez que llegues a la edad de jubilación (entre los 62 y los 67 años, según tu año de nacimiento).
El problema es que ese ingreso no alcanza para vivir.
Según el Instituto de Políticas Públicas de la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas (AARP), el beneficio promedio del Seguro Social es de aproximadamente 1,600 dólares mensuales.
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¿Cómo se jubilan las personas en Estados Unidos?
En Estados Unidos, no hay una sola forma de jubilarse. La mayoría de las personas combina distintas fuentes de ingreso, dependiendo de su tipo de trabajo, sus ahorros y su acceso a beneficios laborales. Estas son las principales vías del sistema:
- Seguro Social: es la base del sistema. Para recibirlo, hay que haber trabajado legalmente al menos diez años y haber pagado impuestos con un número de Seguro Social. Se puede comenzar a cobrar desde los 62 años, aunque el monto es mayor si se espera hasta los 67 (edad plena) o incluso hasta los 70 (retiro diferido).
- Planes de jubilación del empleador: algunas empresas, especialmente grandes compañías o empleadores públicos, ofrecen planes como el 401(k) o pensiones tradicionales (beneficios definidos). Estos planes permiten ahorrar automáticamente con descuentos del salario, y a veces incluyen aportes del empleador. Sin embargo, no todos los trabajos ofrecen esta posibilidad, y quienes trabajan en pequeñas empresas o de forma independiente muchas veces quedan fuera.
- Cuentas individuales de retiro (IRA): quienes no tienen acceso a un plan en el trabajo pueden abrir una cuenta IRA por su cuenta. Estas cuentas permiten ahorrar para la jubilación con ventajas fiscales si se cumplen ciertos requisitos.
Según un informe de la Reserva Federal, el 77% de los jubilados recibe Seguro Social, pero solo el 52% de quienes no tienen ingresos adicionales —como pensiones o ahorros individuales— dicen estar bien financieramente. Entre quienes suman otras fuentes, ese porcentaje sube al 95%.
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¿Qué opciones tengo si mi empleo no ofrece plan de retiro?
En Estados Unidos, casi la mitad de los trabajadores del sector privado no tiene acceso a un plan de jubilación. El informe de AARP indica que el 78% de quienes trabajan en empresas pequeñas —de menos de diez empleados— carecen de un plan. Entre los trabajadores latinos, esa cifra llega al 64%.
Pero existen alternativas que no dependen del empleador:
Cuentas IRA: una forma accesible de empezar a ahorrar para el retiro
Las cuentas IRA (Individual Retirement Account) son una opción individual para ahorrar a largo plazo con beneficios fiscales. No necesitás que tu trabajo te las ofrezca: podés abrir una cuenta IRA por tu cuenta, incluso con ingresos modestos, en bancos, cooperativas de crédito o plataformas como Fidelity, Vanguard o Charles Schwab.
Existen dos tipos principales:
- Tradicional IRA: el dinero que depositás no paga impuestos ahora, pero sí los pagarás cuando lo retires.
- Roth IRA: el dinero ya viene con impuestos pagados, pero todo lo que retires más adelante será libre de impuestos.
Ambas permiten hacer crecer tus ahorros con más eficiencia que una cuenta de ahorro común. Puedes configurar depósitos automáticos cada mes. El aporte máximo es de $7,000 por año (o $8,000 si tienes 50 años o más).
Se recomienda dejar el dinero en la cuenta hasta los 59 años y medio para evitar penalidades, salvo algunas excepciones como gastos médicos o compra de vivienda.
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¿Y si no tengo número de Seguro Social?
Las personas que no tienen SSN —por ejemplo, quienes están indocumentadas— no pueden abrir una cuenta IRA tradicional o Roth, ya que estas cuentas están reguladas por el IRS y requieren número de Seguro Social.
Sin embargo, quienes declaran impuestos con un ITIN (Número de Identificación Personal del Contribuyente) sí pueden abrir otros tipos de cuentas de ahorro o inversión. Algunas instituciones financieras aceptan ITIN como identificación válida, especialmente si se acompaña de una constancia de impuestos y dirección en Estados Unidos.
Estas cuentas no tienen los beneficios fiscales de una IRA, pero permiten construir un fondo de ahorro a largo plazo. Bancos comunitarios, cooperativas de crédito y plataformas digitales ofrecen opciones diseñadas para personas inmigrantes.
En Carolina del Norte, por ejemplo, entidades como Self-Help Credit Union y organizaciones como El Centro Hispano pueden ayudarte a comenzar este proceso de forma segura y legal.
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Por dónde empezar si querés ahorrar para tu jubilación
No hace falta tener grandes ingresos para empezar a prepararte. Estos pasos pueden ayudarte, incluso si tu empleo no ofrece beneficios:
- Comenzá con lo que puedas. Aunque solo puedas apartar $20 o $50 al mes, la constancia es más importante que la cantidad.
- Elegí una cuenta que se adapte a tu situación. Si tenés SSN, abrí una cuenta IRA tradicional o Roth. Si tenés ITIN, buscá bancos comunitarios o cooperativas que acepten tu documentación.
- Evitá retirar tu ahorro antes de tiempo. Muchas cuentas tienen penalidades si se usan antes de la edad permitida, salvo excepciones específicas.
- Pedí asesoramiento. En Carolina del Norte hay organizaciones que pueden ayudarte en español a entender cómo funciona el sistema. No estás sola.
- Programá aportes automáticos. Así no tenés que pensarlo cada mes y evitás usar ese dinero para otra cosa.



