Yesenia Cuello tenía 17 años cuando tomó esta imagen de sus hermanas menores recogiendo tabaco en Carolina del Norte. Foto de Yesenia Cuello

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Cuando Yesenia Cuello tenía 17 años, tomó una foto. En la imagen, manos pequeñas y sucias yacían extendidas sobre hojas cubiertas de rocío, casi fluorescentes. Había retratado a dos de sus hermanas menores quienes se habían reunido con su madre en el campo de tabaco, justo al final de la carretera desde su casa móvil en Pink Hill, Carolina del Norte, en la parte sureste del estado.

En los veranos, la familia cosechaba hojas de tabaco en turnos de hasta 12 horas.

Cuello quería documentar el residuo negro que sale de las hojas de tabaco, un primer indicio de la enfermedad del tabaco verde (GTS), una intoxicación aguda por nicotina que causa días de náuseas, vómitos, dolores de cabeza y mareos.

El tabaco húmedo emite una cantidad de nicotina peligrosa que puede provocar enfermedades mortales, y que afectan a cientos de trabajadores cada año.

Este es un riesgo que los trabajadores agrícolas de Carolina del Norte corren cada temporada; recolectan manualmente los cultivos comerciales, y a menudo no se proporciona el PPE, dijo Cuello.

“Llevábamos menos de una hora en el campo cuando tomé esa foto”, dijo Yesenia Cuello, quien ahora tiene 29 años”. Quería resaltar el alquitrán que se desprende de las hojas de tabaco ... y las manitas pequeñas para mostrar que el trabajo infantil aún existe.

Desafortunadamente, la realidad es que a un niño que trabaja en el campo no se le asignan las mismas protecciones que a un niño menor de edad que trabaja en un McDonalds, por ejemplo”.

La industria agrícola está plagada de excepciones a las leyes laborales.

Legalmente, los niños de hasta 12 años pueden trabajar en el campo con el permiso de los padres.

Aunque la Ley de Normas Laborales Justas prohíbe que cualquier persona menor de 16 años trabaje en condiciones consideradas peligrosas, el tabaco no clasifica como tal. Esto crea una dinámica de explotación, especialmente en comunidades indocumentadas. Para Cuello, eso es un asunto personal.

“Entonces, si alguna vez entro en una habitación—lo cual ha sucedido—, donde la gente dice: 'Sabes, no hay niños trabajando en los campos de Carolina del Norte'. Bueno, pues aquí estamos, somos nosotros”, explicó Cuello.

Poco después de tomar la foto de las manos de sus hermanas, Yesenia Cuello consiguió un trabajo de verano como la investigadora más joven de un equipo de la Universidad de Wake Forest que estudia la vivienda de los trabajadores agrícolas.

Ella todavía seguía yendo al campo, pero para recopilar datos sobre lo que ella llama viviendas precarias y “ridículas” para trabajadores agrícolas migrantes.

Cuello recuerda haberse preguntado cómo era legal que Estados Unidos trajera inmigrantes para realizar labores agrícolas y los hiciera vivir en áreas peligrosas.

Esa situación la inspiró a hablar no solo por su propia familia en Carolina del Norte, sino también por los trabajadores subcontratados. Son trabajadores que van y vienen todos los años y que sufren injusticias.

En agosto de 2019, Cuello se convirtió en directora ejecutiva de NC Field, una pequeña organización sin fines de lucro con sede en Kinston, Carolina del Norte.

Yesenia Cuello
La directora ejecutiva de NC FIELD, Yesenia Cuello, interpreta para los trabajadores agrícolas que hablan español en un sitio de prueba de COVID en el condado de Nash, Carolina del Norte, en 2020./ Foto de Melissa Bailey Castillo.

La organización se dedica a apoyar a los trabajadores agrícolas en seis condados del este de Carolina del Norte, incluido aquel donde Cuello y su familia recolectaban tabaco.

Cuello lleva mucho tiempo afiliada a la organización. Hace una década atrás, ella ayudó a liderar el grupo juvenil de NC Field: Poder Juvenil Campesino (PJC), o Rural Youth Power.

A través de PJC, jóvenes como Cuello ingresaron al mundo del activismo por los trabajadores agrícolas a través de capacitaciones y talleres de justicia racial. Hicieron cabildeo en los pasillos del Congreso en Washington, DC. Reuniéndose también personalmente con políticos de Carolina del Norte, así como con miembros del Departamento de Trabajo de Carolina del Norte. Todo ello con el propósito de abogar por una reforma migratoria y leyes laborales más justas.

Cuello no se había propuesto convertirse en directora ejecutiva de una organización sin fines de lucro. Poco a poco estaba estudiando para convertirse en enfermera.

Cuello se sentó en la junta de NC Field cuando comenzó la búsqueda de un nuevo director ejecutivo, y los miembros de la junta la animaron a que ocupara el puesto. Después de muchas dudas, decidió que esa era una forma de seguir trabajando con la comunidad que quería representar.

Su rol como directora refleja un cambio necesario en el sector sin fines de lucro.

Un informe de 2017 que analiza 315 organizaciones y fundaciones sin fines de lucro en los Estados Unidos, encontró que el 42 por ciento tenía directoras ejecutivas que se identificaban como mujeres, mientras el 87 por ciento de todos los directores ejecutivos o presidentes eran blancos.

Como estadounidense de primera generación criada en el sur rural, Cuello es ahora parte de una comunidad creciente de voces latinas que amplifican la justicia laboral y abogan por las mismas protecciones que ella necesitaba cuando era niña.

“Creo que tuve el poder de hablar y decir mi verdad y de resaltar algunas de las cosas que sabía”, dijo Cuello. “¿Cómo puedes hablar en nombre de mi propia realidad, mis propias experiencias? No puedes quitarme eso ".

Como una pequeña organización sin fines de lucro que compite por subvenciones en ciclos, NC Field ha encontrado obstáculos en el camino.

Durante un año, la organización no tuvo director ejecutivo. Siempre ha sido dirigida por trabajadores agrícolas, con una junta de trabajadores en su mayoría inmigrantes y jóvenes de PJC como líderes de la organización comunitaria. Pero Yesenia Cuello representa un cambio, ya que los directores ejecutivos anteriores no tenían la experiencia vivida de Carolina del Norte y las redes de contactos que ella trae al cargo. (Yessy Bustos, ex-directora ejecutiva, creció recogiendo frutas en Texas).

Liderazgo

Melissa Bailey Castillo, ex-directora ejecutiva de NC Field y actual consultora del grupo, dijo que el liderazgo de Cuello durante la pandemia condujo a un aumento de casi medio millón de dólares en apoyo de fundaciones, de 50,000 a 500,000 dólares.

“Cuando habla, no está hablando de 'ellos', no está hablando de 'esa población vulnerable'”, dijo Bailey Castillo, “está hablando de su mamá, su hermano, sus primos, sus vecinos. Tiene una relación directa”.

“Cuando yo hablo con algunas agencias me enfado mucho”, continuó Bailey Castillo, quien es blanca. "Pero cuando Yesenia mantiene conversaciones, es algo personal”.

Los trabajadores agrícolas se han vuelto cada vez más vulnerables durante la pandemia, por lo que Yesenia Cuello se centró en su trabajo. Ella dice que ha sido importante para los trabajadores “ser tratados como seres humanos”.

Cuello ha ayudado a acelerar el paso en el acceso a las pruebas de COVID y las vacunas en los seis condados a los que sirve NC Field; como una consecuencia de estar bien conectada con su propia comunidad de trabajadores e inmigrantes.

Cualquier noche de la semana, es fácil encontrar a Cuello dirigiendo la escena con un walkie-talkie en la mano; ayudando a empacar cajas de comida para los residentes y asegurando las tarjetas de gasolina para llevar a las personas hacia y desde los sitios de vacunación.

“Lo que ha hecho el coronavirus es elevar su voz”, dijo Bailey Castillo sobre Cuello. “Cuando las fundaciones y las agencias estatales miraron a su alrededor, se dieron cuenta de que no estaban hablando directamente con las personas afectadas”.

Cuello reitera que este momento inédito ha generado más conciencia, pero que la desigualdad está muy arraigada.

“Esta comunidad está recibiendo atención ahora, pero ha sido marginada y desatendida continua e históricamente”, dijo Cuello.

El motor de su activismo

Las raíces de la familia de Cuello como trabajadores agrícolas y su propia experiencia en los campos, donde tomó la foto de sus hermanas, han influido en ella por más de una década de activismo. En última instancia, esto significa para ella poder cuidar a su comunidad. Ese cuidado abarca tanto a los trabajadores agrícolas que la han precedido, como a los que continúan trabajando en condiciones injustas.

Cuello describió así su trabajo el año pasado: “En ausencia de igualdad ... la comunidad busca proteger a sus niños, y los niños buscan asegurar que sus padres tengan una vida larga y productiva”.

Victoria Bouloubasis cubre la intersección de temas ambientales y movilidad económica en comunidades latinx, inmigrantes y refugiados en Carolina del Norte para Southerly y Enlace Latino NC. Es periodista...

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