alimentos vencidos

Carolina del Norte, Raleigh- Todos tenemos en el refrigerador o en la alacena alimentos vencidos, cuya fecha de caducidad ya transcurrió hace tiempo. Es una escena recurrente: miramos ese yogurt con iguales dosis de tentación y desconfianza. Dudamos, barajamos pros y contras, posibles desenlaces. ¿Qué pesa más, las ganas de comer o el temor a una eventual indigestión o intoxicación? 

Lo cierto es que hay un dato no muy difundido que tal vez ayude a terminar de decidirnos: los alimentos vencidos no necesariamente están en mal estado.

Parece una paradoja, pero en realidad “las fechas de vencimiento no son un indicador de seguridad de los productos”. Así lo informa el Servicio de Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. De hecho, la ley federal ni siquiera obliga a los productores a informar la fecha de vencimiento de los alimentos. Salvo una sola excepción: la fórmula para bebés.

El propio organismo federal recomienda prestar mucha más atención a nuestros sentidos. La vista, el gusto y el olfato pueden ser mejores aliados para tomar la decisión trascendental y reconocer si un alimento está o no descompuesto. Comer o no comer, esa es la cuestión.


Carolina del Norte cuenta con bancos de alimentos que ofrecen alimentos gratuitos sin importar el estatus migratorio de la persona que acude a ellos.


¿Para qué sirven las fechas de vencimiento escritas en los envases?

En rigor, la fecha de caducidad de los alimentos no está relacionada con la seguridad de los productos. En cambio, es una fecha estimativa, calculada por el fabricante, que indica cuándo es probable que el producto pierda su calidad óptima. Por ello se le conoce también como fecha de consumo preferente.

Por supuesto, “producto que no tiene calidad óptima” no es sinónimo de producto inseguro. Simplemente puede significar la pérdida de algunos nutrientes o alguna alteración en el sabor o aroma de los alimentos vencidos.

En palabras del Servicio de Seguridad Alimentaria, “la calidad de los productos perecederos puede deteriorarse después de que pase la fecha; sin embargo, dichos productos aún deberían ser seguros si se manipulan adecuadamente”.

Lo anterior da pauta entonces para decir que algunos de los alimentos vencidos se pueden consumir.

¿Cómo saber si un alimento es seguro?

Según el Servicio de Seguridad Alimentaria, “los consumidores deben evaluar la calidad del producto antes de su consumo para determinar si el producto muestra signos de deterioro”.

Los alimentos vencidos que no muestren signos de deterioro pueden venderse, comprarse, donarse y consumirse más allá de la fecha indicada en la etiqueta “Consumir antes de”.

En ese sentido, especialistas subrayan que el olor, sabor o textura desagradable de los alimentos son claras características de que un alimento está en mal estado, y, por lo tanto, no debe ser consumido ya que podrían contener bacterias y hongos que pongan en riesgo la salud.

También se recomienda enfáticamente desechar las latas que estén abolladas, oxidadas o hinchadas. La razón es porque las abolladuras o fugas pueden ser un indicador de que han entrado bacterias y otros microorganismos al interior de la lata. Además, las abolladuras suelen deteriorar el interior de la lata, provocando la liberación de sustancias tóxicas del metal hacia el contenido.

Alimentos vencidos: ¿Cuáles son los menos riesgosos?

En una columna publicada en enero de 2023 en el New York Times, el chef y especialista en alimentos Kenji López-Alt, explica que hay ciertos alimentos por los cuales “definitivamente no hay que preocuparse”.

Se trata de los vinagres, la miel, la vainilla u otros extractos, el azúcar, la sal, el jarabe de maíz y la melaza.

Esos alimentos “durarán prácticamente para siempre con pocos cambios en la calidad”, indica López-Alt.

En la misma línea, la avena precocida instantánea “puede durar casi para siempre”.

Alimentos vencidos: ¿Qué ocurre con la harina, los granos y el pan?

En cuanto a la harina y los granos, el chef y escritor del New York Times menciona una regla fácil de recordar: cuanto más blanca, más duración.

Eso quiere decir que las harinas blancas duran más que las integrales y el arroz blanco refinado, por ejemplo, puede durar años, mientras que el arroz integral puede descomponerse en algunos meses.

En cuanto al pan, los panes industriales que contienen conservantes se mantienen blandos durante semanas, siempre y cuando se los conserve en el refrigerador. Los panes caseros, artesanales o de masa madre, en cambio, pueden adquirir moho en menos de siete días. Por eso, se recomienda cortarlos en rodajas y guardarlos en el freezer para prolongar su vida útil.

¿Qué significan las fechas en los cartones de huevos?

Si bien no es obligatorio a nivel federal, algunos estados imponen el uso de una fecha de “Vender antes de” o “Caducidad” en los cartones de huevos.

Lo que sí resulta obligatorio es incluir la “fecha de empaque” de los huevos. Se trata del día en que los huevos fueron lavados, clasificados y colocados en el cartón. Este número es un código de tres dígitos que representa el día consecutivo del año que comienza el 1 de enero como 001 y finaliza el 31 de diciembre como 365. 

Si un productor coloca una fecha de caducidad de los huevos –lo cual en muchos estados no es necesario–, esa fecha no puede ser más de 30 días posterior al empaque de los huevos.

El Departamento de Agricultura recomienda colocar los huevos en la parte más fría del refrigerador. Al igual que en el resto de los alimentos, sus características de aspecto, sabor y olor son indicios para determinar si deben ser consumidos o no.

La excepción en la regla de los alimentos vendidos: la fórmula para bebés

A diferencia de lo que ocurre con el resto de los alimentos, en la fórmula para bebés la fecha de vencimiento sí es un indicador de la calidad y seguridad del alimento. Por ese motivo, la ley federal ordena inscribirla de manera clara en el envase.

En efecto, las regulaciones federales requieren una fecha de caducidad en la etiqueta del producto de la fórmula infantil bajo la inspección de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA). 

“El consumo para esta fecha garantiza que la fórmula contenga no menos de la cantidad de cada nutriente que se describe en la etiqueta. La fórmula debe mantener una calidad aceptable para pasar por una tetina de biberón normal”, sostiene el Servicio de Seguridad Alimentaria.

Por ese motivo, jamás compre ni use fórmula para bebés después de su fecha de caducidad.

En cuanto al resto de los alimentos, queda a su libre albedrío.

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