Carolina del Norte, Raleigh- Este jueves 9 de marzo, un grupo de congresistas demócratas presentó un proyecto que podría otorgarle la residencia permanente a cerca de 8 millones de personas indocumentadas que viven en los Estados Unidos.
La propuesta consiste en una actualización del Registro de Inmigración, una herramienta que tiene casi un siglo de existencia y que brinda residencia legal basado en la presencia continua en el país.
En caso de aprobarse el proyecto presentado por los representantes demócratas Zoe Lofgren, Norma Torres, Lou Correa, Adriano Espaillat, Chuy Garcia y Grace Meng, todas las personas indocumentadas que llevan más de 7 años viviendo de manera interrumpida en los Estados Unidos serían elegibles para obtener una tarjeta de residente permanente.
“A diferencia de otros proyectos, esta vez proponemos que el Registro de Inmigración se actualice automáticamente. Eso quiere decir que no hay una fecha puntual de ingreso al país, sino que cualquier persona que cumpla 7 años de permanencia sería elegible. Por ejemplo, si alguien vive en Estados Unidos hace 6 años y 11 meses, al cabo de un mes más podrá solicitar su tarjeta verde”, explicó a Enlace Latino NC por vía telefónica desde Washington D.C un miembro de la Coalición de Derechos Humanos del Inmigrante (CHIRLA).
¿Qué es exactamente el Registro de Inmigración?
El Registro de Inmigración es una norma migratoria sancionada por el Congreso en 1929. Su finalidad era que aquellas personas que habían vivido en Estados Unidos durante los últimos 7 años y no tuvieran prohibida la permanencia por motivos penales o morales, pudieran convertirse en residentes legales.
En otras palabras, es un proceso para que los inmigrantes se conviertan en residentes permanentes legales sobre la base de su extensa presencia en Estados Unidos, independientemente de su estatus migratorio o modo de entrada al país.
Lo cierto es que el Registro de Inmigración se actualizó en 1940, 1958 y 1986 para que los inmigrantes de larga data pudieran acceder a los mismos derechos que el resto de los ciudadanos. Sin embargo, ya lleva casi 40 años sin actualizaciones.
Esa situación ha dejado a más de 8 millones de personas que viven desde hace décadas en el país en un estado de total desprotección.
¿Qué chances hay de que se logre la actualización del Registro de Inmigración este año?
La conferencia de prensa organizada por CHIRLA en las adyacencias del Capitolio contó con la entusiasta participación de activistas y congresistas.
A pesar del entusiasmo reinante, las posibilidades de que prospere en un Congreso dominado por los republicanos son escasas.
En la última sesión se presentaron en la Cámara de Representantes dos proyectos de ley centrados en la inmigración. El primero fue la Ley de Modernización de la Mano de Obra Agrícola, que buscaba crear un camino hacia el estatus legal para ciertos trabajadores agrícolas indocumentados. El segundo, la Ley del Sueño y la Promesa Americana, intentó establecer un estatus legal permanente para los “soñadores”. Es decir, para aquellos que llegaron a Estados Unidos siendo menores de edad. Sin embargo, ninguno de los dos proyectos logró avanzar en el Senado.
Incluso, tras fracasar los planes de reforma migratoria, Congresistas demócratas ya habían hecho un intento de actualizar el Registro de Inmigración. Esa iniciativa también se vio frustrada en 2021.
Si el panorama era poco alentador el año pasado, más lo será durante esta sesión. Los republicanos actualmente controlan la Cámara Baja. Por ese motivo, no está claro si este nuevo proyecto de ley obtendrá suficiente apoyo. Más incierto aún es el panorama en el Senado.
Un intento de dar visibilidad a los millones de indocumentados
Si bien los representantes que presentaron el proyecto de actualización del Registro de Inmigración buscan verlo convertido en ley, lo cierto es que ya consideran una ganancia poner el tema en agenda.
“Esto es parte de un esfuerzo más grande para asegurarnos de que todos nos beneficiemos de la energía, el trabajo duro y el patriotismo de la gente que quiere ser estadounidense como nosotros”, dijo durante la conferencia de prensa frente al Capitolio Zoe Lofgren, representante de por el 19º distrito de California y principal impulsora del proyecto.
En la búsqueda de visibilizar a los inmigrantes que aportan todos los días su esfuerzo y trabajo en pos del país, Úrsula Hidalgo, una mujer indocumentada que vive hace 16 años en Estados Unidos, dio a conocer su historia de vida.
“Hui de Guatemala a causa de la violencia y he vivido en los Estados Unidos durante los últimos 16 años. Estoy aquí porque sufrí en carne propia el miedo a la separación familiar. Mi esposo fue detenido por las autoridades migratorias en 2018 y pasó 8 meses encarcelado. Mi hijo mayor sufrió el mismo destino. De no ser por el trabajo de CHIRLA mi familia hubiese sido separada y mi esposo y mi hijo hubiesen regresado a una muerte segura”, relató ante un público que la escuchaba en respetuoso silencio.
“Aunque hemos encontrado la paz y la prosperidad que nuestro país no nos dio, no puedo dejar de sentir culpa por encerrar a mis hijos en una jaula de oro. Ninguno de ellos calificó para DACA y he visto cómo sus sueños se vieron limitados por no tener un estatus migratorio permanente”.
Hidalgo explicó que, si la actualización del Registro de Inmigración se convirtiera en ley, le daría «la tranquilidad, la libertad y el reconocimiento» que merecen ella y su familia.
Derecho humano
Al igual que Hidalgo, Ingrid Vaca, inmigrante boliviana, vive hace décadas en Estados Unidos. Por ese motivo, ella también podría acceder a la residencia legal permanente si el proyecto se convierte en ley.
“El derecho humano de cualquier persona es sentirse libre en el lugar donde vive. Todos deberían estar junto a nosotros, poniéndose en nuestros zapatos, para que se den cuenta que como seres humanos necesitamos vivir en libertad”, relató Vaca.
Tras escuchar atentamente a Hidalgo y Vaca, el representante Chuy García, del 4º distrito de Illinois, se dirigió a los miembros de la prensa presentes en la conferencia. “Tenemos que darles una vía para conseguir su residencia permanente y su ciudadanía. No son extranjeras. Son familiares nuestros. Personas que contribuyen, que estudian, que trabajan, que cuidan a nuestros niños y a nuestros abuelos. Son americanas en toda su esencia”, concluyó.