Carolina del Norte, Raleigh - En la Semana Santa, la duda siempre es la misma y se repite año a año al momento de desear el saludo de felicitación, ¿Feliz Pascua o Felices Pascuas?
Para muchas personas ambos saludos son sinónimos, pero la Real Academia Española (RAE) dejó en claro cuál es la forma correcta de salutación durante esta época del año.
Como es habitual, la RAE responde las consultas de los usuarios rápidamente y despeja las dudas.
“El plural ‘Pascuas’ suele usarse para las festividades del periodo navideño. Para referirse a la Pascua de Resurrección, lo habitual es el empleo del singular: ‘feliz Pascua’. Los plurales inherentes son frecuentes en la lengua”.
¿Qué se celebra el domingo?
También llamado Domingo de Pascua, o Domingo de Resurrección es la fiesta central del cristianismo. En esta fecha que se conmemora la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado, de acuerdo con los evangelios canónicos.
Marca el final de la Semana Santa en la que se conmemora la muerte y resurrección de Jesús. También inicia un período de cincuenta días llamado Tiempo pascual que termina el día de Pentecostés.
Durante este día se celebran en distintos lugares del mundo procesiones religiosas, así como celebraciones litúrgicas.
Las costumbres del Domingo de Resurrección varían en todo el mundo cristiano, pero la decoración de los huevos de Pascua es algo común en muchos países del mundo occidental.
Origen
La actual Pascua cristiana hunde sus raíces en el año 1513 antes de Cristo, cuando, según la tradición judía, el pueblo judío emprendió su éxodo desde Egipto hacia la Tierra Prometida.
La conmemoración de este hecho, celebrado cada año, como recordatorio de la liberación del pueblo hebreo de su esclavitud en Egipto, recibía y recibe aún hoy en el judaísmo el nombre de Pésaj o Pascua.
En la víspera del primer día, se comían hierbas amargas mojadas en vinagre, para recordar la tristeza de la servidumbre. Y se narraban en tono cadencioso cánticos que hacían alusión a las diez plagas de Egipto.
El cordero
El cordero de Pascua era escogido por cada familia. Con el tiempo, la ceremonia de inmolación fue llevada a cabo por la clase sacerdotal. El animal debía ser macho, cordero o cabrito, sano y de un año. Se inmolaba al finalizar el día; y por la noche lo comían con verduras amargas. No estaba permitido romper sus huesos, ni dejar restos de carne. Por esta razón, si la familia no era suficientemente grande para comer un animal ellos solos, los israelitas se reunían en grupos, para cumplir con las prescripciones de orden sagrado.
Durante los siete días posteriores al 14 de Nisán (mes del calendario israelita correspondiente a marzo - abril del calendario español), el pueblo hebreo solo comía pan sin levadura (no fermentado), al que llamaban «ázimo» («sin fermento»), o «pan de aflicción».
Los primeros cristianos celebraban la Pascua a la par cronológica que la Pascua judía, hasta que el Primer Concilio de Nicea (en el 325 d. C.) separó la celebración judía de la católica, quitando a esta los elementos hebreos. Sin embargo, dejaron el carácter móvil de la fiesta recordando que Cristo resucitó en la Pascua hebrea. Hoy día la Iglesia católica mantiene el carácter móvil de la fecha.