Alrededor de 300 personas que rechazaron aceptar el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos de 2020, o que cuestionan la legalidad del proceso electoral, participaron en las elecciones de medio término (midterms, en inglés) de 2022 como candidatos al Congreso, gobernaciones estatales y otros cargos públicos como secretarios de Estado o fiscales.