Senadores no escuchan
Unas 40 personas llegaron a la oficina del senador Richard Burr, pero no fueron recibidas/N.V.

Unas 40 personas, entre ellas 20 hispanas, llegaron el viernes 26 de julio con la ilusión de ser atendidas por el senador republicano Richard Burr ; se fueron desilusionadas porque ni siquiera conocieron la oficina, en Winston-Salem, del representante federal de Carolina del Norte.

Sin embargo, la desazón se produjo en el momento que cuatro emisarios, entre ellos el rabbi Mark Cohn del Templo Emanuel, llegaron hasta el edificio, localizado en el 2000 West First Street, y un guardia de seguridad les impidió entregar una carta dirigida al senador Burr.

“No hay nadie en su oficina. La secretaria del representante Burr salió temprano”. Fue lo que dijo el hombre de la seguridad en el momento que las manecillas del reloj, ubicado en el pasillo que conduce al ascensor, indicaban las 4:36 de la tarde.

Enojo con senadores republicanos

Los emisarios regresaron a la esquina en donde les dijeron a los del mitin que debían levantar las pancartas y sus voces.

“Este tipo de político no es bueno que represente a Carolina del Norte en el Senado de Estados Unidos”. Fue lo que dijo el Rabbi Mark Cohn del templo Emanuel ante la audiencia en alusión a Burr.

Pero Burr no ha sido el único artífice de la indolencia hacia la comunidad. De igual manera, para decepción de sus simpatizantes, el otro senador republicano de Carolina del Norte, Thomas Roland Tillis, ha dado muestras de desconocer a la gente que es, al fin y al cabo, la que elige.

El enojo del Rabbi era por lo de la carta que no fue recibida. Causó desconcierto durante el mitin programado por líderes que están unidos en el llamado ‘Congreso de Organizaciones Latinas’, (NCCLO, sigla por su nombre en inglés).

Los asistentes al evento buscaban que los senadores los escucharan en los temas que les preocupa.

En busca de apoyo

En la carta que no se entregó, se le pedía, de manera amable, al senador Burr, el apoyo al ‘Dream & Promise Act’, conocida como ‘Ley de Sueño y Promesa’ que le puede dar la ciudadanía a 2 millones 700 mil personas que tienen TPS y DACA, programas que permiten que los beneficiarios vivan, asistan a la escuela y trabajen legalmente en Estados Unidos.

El ‘Dream & Promise Act’ es un proyecto de ley de la Cámara controlada por los demócratas, pero ahora el Senado dominado por los republicanos tiene la palabra en Washington DC.

Voces

“No hemos tenido apoyo de nuestros senadores. No nos escuchan. Es como si estuvieran sordos”, dijo Reina Rodríguez, salvadoreña que huyó de su país por violencia doméstica y beneficiaria con el TPS.

Durante el acto público, en la esquina de la West First Street, de acuerdo con el programa establecido, los que hablarían ante la audiencia, cada uno, tenía entre dos y cuatro minutos para dar a conocer lo que pensaba de la actual situación migratoria o de la razón por la que estaba en ese lugar.

“Tengo angustia por el limbo jurídico en que me encuentro”. fue una de las frases de Andrea Rosales Rodríguez, beneficiaria de DACA al explicar su situación.

Posición bíblica

Pero en esta oportunidad también hubo tiempo para que recordaran pasajes de la Biblia y en su discurso, el Rabbi Mark Cohn hizo referencia al Levítico, un libro del Antiguo Testamento, en donde se dice, ‘tratarás al extraño como ciudadano’. Esa es una ley de la Biblia, “pero no siempre es la ley de esta tierra”.

La Torá enseña: ‘ama a tu prójimo como a ti mismo’, “pero esa es una ley de la Torá, no del Código de Estados Unidos. Como judíos, nuestro desafío es tomar los valores de la Torá y considerar cómo y dónde se pueden vivir de manera justa en nuestras vidas.

Como estadounidenses: cada uno extrae de nuestros propios pozos nuestras diversas tradiciones para ayudarnos a decidir sobre las políticas para nuestro gobierno. Dado esas enseñanzas: ‘amar a tu prójimo como a ti mismo y tratar al extraño como ciudadano’, hoy estoy aquí porque apoyo la Ley de Promesas y Sueños de 2019”.

Emprendedor y cofundador de Enlace Latino NC. Periodista argentino con más de 20 premios nacionales de periodismo por la Asociación Nacional de Publicaciones Hispanas de los Estados Unidos (NAHP).

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