Como resultado de las las eleciciones de medio término del martes 6 de noviembre, los republicanos en la Asamblea General perdieron el poder de anular los vetos del gobernador. Pero, ¿cuál es importancia?
¿Y esto qué significa?
Vamos por partes. Desde que los republicanos tomaron el control absoluto de la Asamblea General en el 2012, no han necesitado (o pocas veces lo han hecho) contar con el apoyo de sus pares demócratas para aprobar leyes, ya que son el partido mayoritario en ambas cámaras.
Tras las elecciones del 2016, los republicanos quedaron con 75 de las 120 curúles en la Cámara de Representantes y 35 de los 50 en el Senado. Por el lado de los demócratas tenían 45 y 15 escaños, respectivamente.
Bajo este panorama, el partido dominante, en este caso el republicano, no solo tiene el poder de aprobar leyes sin el apoyo de los miembros del otro partido, sino que puede tener los votos suficientes para anular los vetos que el gobernador imponga ya que tienen el control total o la “supermayoría”.
Esta “supermayoría” es lo que no tendrán los republicanos a partir de la sesión legislativa larga que comenzará en enero del 2019.
En resumen, a pesar de que los republicanos seguirán siendo el partido con más legisladores en ambas cámaras, no podrán anular los vetos del gobernador.
Desde que Cooper asumió el cargo en el 2017, ha vetado 25 leyes, 20 de las cuales los republicanos han eliminado el veto y las han convertido en ley.
Datos que le ayudarán a entender:
- La Asamblea General de Carolina del Norte se renueva cada dos años.
- El veto es una atribución del Poder Ejecutivo a través del cual el Gobernador puede rechazar los proyectos de ley sancionados por la Asamblea General.
- Para bloquear el veto del gobernador se necesitan 72 votos en la Cámara de Representantes y 30 en el Senado. Esto significa contar con el voto favorable de las ⅗ partes de los legisladores y senadores estatales.