La ligera llovizna del domingo 4 de mayo acarició como una bendición a más de 50 voluntarios que unieron sus manos en una jornada de celebración y trabajo comunitario para iniciar el sueño del ‘terreno de los campesinos’, un campo modelo para los trabajadores agrícolas de El Futuro Es Nuestro.
El terreno, ubicado en la ciudad de Spring Hope, una población ubicada en el condado de Nash al Este de Raleigh, fue donado por Lorenzo Zavala, un trabajador que falleció hace 6 años en un accidente laboral.
“Lorenzo era mi hermano menor. Luchamos en una demanda para lograr justicia para sus niños para que tuvieran como sostenerse. Pero también se hizo una donación para que se haga una obra en favor de trabajadores”, comentó a Enlace Latino NC, Leticia Zavala de El Futuro Es Nuestro.
“Lorenzo era un aventurero, él no tenía miedo de nada. Le encantaba los patines, las bicicletas, le encantaba de todo. Era un hermano muy bonito y muy trabajador”, recordó.
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Construir con dignidad
Zavala explicó que es un proyecto de larga planeación que incluye la recaudación de fondos, el trabajo de los arquitectos y escuchar las intenciones de los trabajadores.
“Así es que vamos a tomar nuestro tiempo, pero porque queremos algo bonito”, afirmó.
El proyecto tiene un sinfín de intenciones. La primera es construir un campo real de trabajadores. “Debe de ser un campo modelo para enseñarle a los rancheros que sí se puede construir algo con dignidad”, señaló.
“Yo creo que siempre cuando hablamos de campesinos aquí en Estados Unidos recordamos la tristeza de que son campesinos sin tierra, pero hoy tienen tierra”, Leticia Zavala, de El Futuro Es Nuestro.
Zavala destacó que será un lugar para que los ‘compañeros’ lo usen para emergencias cuando “se quedan sin rancho, o cuando son despedidos o se enferman y no tienen a dónde ir, que puedan tener donde llegar”.
Además, se sumará una cooperativa, donde donde todo lo que se coseche se procesará y se compartirá con los que necesitan.
“También tenemos la ilusión de vender un poco y tener recursos para seguir apoyando a los compañeros que tienen sus necesidades. Es una verdadera ilusión”, dijo Zavala.
El terreno de los campesinos
María Mejía de El Futuro Es Nuestro resaltó que la jornada marcó un día especial porque los campesinos depende mucho de vivienda, de transporte y de su empleador.
“Y si un campesino se enferma o decide quedarse unos días o tiene quiere reclamar sus horas no pagadas, se quedan sin casa”, explicó María a Enlace Latino NC. “Y eso es una manera de como reprimirlo y regresar a México y olvidarse del problema. Y el siguiente año no vuelve. Entonces este es el terreno de los campesinos”, mencionó.
La lluvia no fue obstáculo para que los voluntarios no llegaran a brindar su tiempo y trabajo.
“Muchos no pudieron venir porque trabajaron, pero para nosotros la lluvia es una bendición que nos está acompañando. Eso quiere decir que si estamos haciendo esto es porque estamos en el camino correcto”, concluyó.
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Manos en la tierra en su terreno
“Es un proyecto muy lindo y es bonito ver que nuestra gente tenga sus manos en el terreno aquí, que no es terreno ajeno, es terreno de ellos, entonces por eso estamos aquí apoyándolos”, comentó Angelina Oliva, del Colegio Comunitario de Carolina Central, a Enlace Latino NC.
Con manos en la tierra, Oliva colabora con la limpieza del terreno y los surcos donde se comenzará a plantar las primeras semillas.
“Por ahora será maíz, pero estamos aclarando espacio para melón o otras hortalizas”.
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“Manos a la obra”
Martín Hernández, trabajador agrícola por más 25 años en Carolina del Norte, destacó el respaldo de la comunidad.
“Es un orgullo y gran alegría estar acompañado por tanta gente en este gran proyecto”, comentó.
Por su parte, Justin Flores, líder comunitario expresó que el proyecto de El Futuro Es Nuestro es algo “muy bonito”.
“Es un sueño de compañeros y campañeras del movimiento. Lo lograron y ahora manos a la obra”, afirmó.
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Después de la tormenta
Hace un año, el huracán Helene golpeó al oeste de Carolina del Norte. La comunidad latina respondió con algo más fuerte que la tormenta: solidaridad.
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