Por Victoria Bouloubasis and Andrea Patiño Contreras
[mks_dropcap style="square" size="100" bg_color="#e8b800" txt_color="#000000"]E[/mks_dropcap]n la tarde del 23 de junio, Keny Murillo estacionó su auto en una gasolinera y comenzó a llorar.
Keny acababa de dejar a su padre, Saúl, en una sala de emergencias. La difícil decisión fue necesaria. Saúl, de 58 años, apenas podía ponerse de pie o respirar. Sabía que tenía COVID-19. A pesar de que Saúl no tenía seguro, la familia decidió llevarlo al hospital. Todo lo que Keny podía pensar era en salvar la vida de su padre.
Toda la familia pasó una semana luchando contra los síntomas del coronavirus, desde Saúl hasta su nieto de dos meses. Los síntomas variaron entre los miembros de la familia: tos seca, pérdida del olfato y del gusto, fatiga. Pero Saúl se llevó la peor parte.
Mientras Keny estaba sentado en su auto, abrumado e inseguro de volver a ver a su padre, sonó su teléfono celular. Respondió de inmediato. Una enfermera de urgencias del otro lado le dijo a Keny que su padre estaba listo para que lo recogieran del hospital.
Pero Keny sabía que su padre necesitaba cuidados. Saúl había pasado la noche con sudores febriles que le dejaron el cuerpo dolorido y las sábanas empapadas. Keny cambió la ropa de cama tres veces. Por la mañana, los niveles de oxígeno de Saúl estaban peligrosamente bajos.
"Debería irse a casa"
En la línea con la enfermera, Keny presionó para obtener respuestas. Se enteró de que ella no había examinado a su padre para detectar COVID-19. Ella no había escuchado sus pulmones. Ella insistió en que Saúl debería irse a casa. La enfermera no hablaba español y estaba entregando información a Keny en inglés.
Keny escuchó la voz de su padre en la distancia, llamándolo desde una camilla de hospital. “Hijo mío, no puedo caminar. No puedo respirar ". Keny se puso furioso.
“Le dije a la enfermera: 'En este momento tienes la oportunidad de salvar la vida de alguien. Y esa persona es mi padre ", recuerda Keny.
Saúl terminó en la unidad de cuidados intensivos. Estuvo entubado hasta el 1 de julio y fue dado de alta del hospital hasta el 9 de julio. Estuvo en el hospital durante 16 días. (La familia no quiere nombrar el hospital).
En este video, el padre y su hijo, ambos de origen hondureño, describen cómo se defendieron a sí mismos, y cómo otros latinos también pueden hacerlo.
Producción: Andrea Patiño Contreras y Victoria Bouloubasis.
Diseño y animación: Raúl Avila.
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